Hace unos cuantos años, en un pueblo castellonense llamado Betxí, vivía un adolescente llamado Xavi. Xavi iba al colegio Miralvent, situado a las afueras del pueblo. Siempre iba en bici, pues sus padres se marchaban a trabajar muy temprano. A mitad camino, cuando pasaba por el puente que hay sobre la autopista, siempre oía un extraño ruido a su derecha, en el campo de naranjos que lindaba con la carretera. Ya se había acostumbrado al ruido, pero un día dejó de sonar.
A Xavi le asaltó la curiosidad y, como a primera hora le tocaba Naturales, que le aburría un montón, no se lo pensó dos veces y se adentró entre los naranjos. No sabía muy bien dónde iba y en poco tiempo se perdió entre la espesura. Cuando ya estaba a punto de darse la vuelta para volver al colegio se encontró con un hombre encapuchado. Era la muerte. La muerte exhaló un airé que heló a Xavi y que produjo el sonido que escuchaba todos los días.
Desde ese día, nadie pasa por ese lugar andando, y los que lo hacen… se encuentran cara a cara con la Muerte.
Juan Conde-Pumpido (1ºESO)
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